La elegancia del indie folk de Fleet Foxes nos enamora. Mientras parte del público asturiano estaba sumergido en la lucha titánica de Inglaterra y Croacia buscando un hueco en la final del mundial de futbol 2018, unos cientos de soñadores nos acercamos a ver el concierto del grupo de Seattle.
Presentaba la platea un buena entrada, más para ser verano y compitiendo con el fútbol, sumergidos en la gira donde están presentando su último disco “Crack up”, los norteamericanos presentaron una puesta en escena donde un pantalla gigante nos sugería atmósferas y paisajes.
Sonaron los primeros acordes y en un concierto donde no existía la pausa los Floxes nos fueron desgranando tema a tema su último álbum y algunos de los éxitos de sus anteriores discos, en un ir y venir de guitarras que buscaban la afinación perfecta, mezclada con la prodigiosa voz de Robin Pecknold, se mezclaban coros y sonidos preciosistas de una banda que nos enamoró a todos.
Siempre he tenido una relación extraña con el grupo norteamericano, pasajes que me han conquistado y enamorada se entremezclan con algunas sensaciones que me dejan indiferente, dese el miércoles 11 de julio está dualidad se ha acabado, ya soy uno más de los que diré: ” Fleet Foxes en un teatro son cosa seria”.
Fotos: Miriam Mora